Sebastian M. Knight {terminada}

Edad: *Desconocido*

Raza: Demonio

Rango: Inframundo

Orientación Sexual:  Bisexual

Estado Sentimental: Siempre Soltero

Gustos:
- Sexo
- Alcohol
- Asesinar, jugar con la muerte.
- Usar de juguetes a los humanos.
- Los felinos

Disgustos:
- Que le ordenen qué hacer.
- Que alguien se crea mejor que él.
- Los dulces.
- Los bebés.

Manías:
- Vestirse como un sirviente.

Debilidades:
- Los gatos
- Alguien que sepa satisfacer sus necesidades sexuales.

Sebastian toma la apariencia de un hombre alto (1.85 mts) y bien cuidado (Peso 65 Kg.), joven, muy sexy, con el cabello negro largo y los ojos rojos. Suele vestir con el frac típico de los mayordomos.

También lleva un reloj de bolsillo con una cadena plateada, y un prendedor en la solapa del frac con el símbolo al cual pertenece su origen. Sus guantes blancos ocultan la marca demoníaca que tiene en su mano izquierda, producto de un sello que hace mucho tiempo le hicieron pero él rompió. Cuando se los quita, revela que tiene las uñas pintadas de negro y a veces rojo.

Su forma de demonio, su verdadera apariencia, nunca se ha revelado completamente. Se distinguen estos: unas botas altas de color negro, un manto de plumas negras a su alrededor, garras muy afiladas, iris brillantes de color fucsia, pupilas rasgadas y unos largos y pronunciados colmillos.

Sebastian, es uno de aquellos individuos que en su forma humana suelen parecer amables, sonrientes y comprensivos. Aunque eso es totalmente lo contrario a lo que realmente es, alguien frío, cruel, sádico y malvado.

Para captar víctimas, muestra todo su encanto y poderes de seducción. Tiene un gran poder de convencimiento, y si aquello no funciona simplemente toma lo que quiere sin siquiera preguntar. Toma como verdaderos juguetes a los mortales, para su disfrute personal y así no aburrirse de la vida terrenal que lleva. Generalmente busca algún "Patrón" para servirle como su mayordomo, le gusta pasar el día recibiendo órdenes, y si se cansa de ello se retira o juega con ellos hasta cansarse y asesinarlos.

Vive libre, sin miedos o restricciones pues no se rige por las leyes humanas o mortales, sigue sus propias leyes y siempre limitándose al plano infernal. Disfruta de su naturaleza demoníaca, de los vicios terrenales como si fuera a acabarse el mundo. Le encanta el sexo, con consentimiento o no. Le es interesante torturar a sus parejas sexuales, usar el sadomasoquismo o simplemente obligar a alguien a que satisfaga sus necesidades de placer.

Érase una vez, un ente que rondaba la tierra. Arropado entre plumas negras, caminando descalzo a través de desiertos interminables. No sentía cansancio, ni ninguna de las necesidades propias de un humano normal. Sus ojos rojos delataban que no era de este lado del mundo, ni de ninguno conocido.

Había llegado a la tierra, luego de encontrar un pasadizo secreto que conectaba a esta con unas cuevas en las que exploraba en su lugar de origen, el infierno. Los murmullos de voces, el aroma a miedo, y la brisa le hicieron darse cuenta que había traspasado la barrera de la dimensión infernal y supo que en este lugar podría jugar sin límites.

A medida que el tiempo pasaba y en aquellas tierras comenzaban a surgir asentamientos humanos, él pudo observar el comportamiento de estos individuos indefensos y vulnerables. Veía como el miedo a veces les resultaba indispensable para sobrevivir, eso le agradó. La naturaleza humana evolucionaba, y su hambre por destrucción también, aunque también crecía su interés por conocer a esos sujetos débiles que parecían a pesar de todo mantenerse con vida a través de las generaciones. Adaptó su apariencia, mimetizándose con los mortales, para poder investigarlos.

Se mezcló entre los mortales, aprendiendo de su comportamiento, de sus reacciones, de su fuerza de voluntad, de sus vicios y limitaciones. Tuvo muchos episodios en los que únicamente por diversión, asesinaba pueblos enteros, sin antes torturar a cada miembro de la comunidad obligando a mujeres, hombres y niños a satisfacer sus necesidades sexuales. Era conocido entre los demás demonios y criaturas supernaturales, por su naturaleza sanguinaria y sádica.

Al cabo de los siglos que pasaban, tomó la determinación de trabajar para ciertos humanos que le retribuían con sus almas los favores que les concedía. Siempre tentando a quienes percibía tenían ansias de poder y ambición. Su empleo más regular fue ser mayordomo, adoptando la actitud y comportamiento de un humano cualquiera. Sirviendo a su señor, hasta que por alguna razón se cansaba o el "amo" no entregaba lo que él pedía a cambio, lo cual terminaba en asesinatos.

También a veces volvía al infierno, para retomar su naturaleza demoníaca y recuperar energías en su tierra natal. El convivir con humanos le hacía perder ciertos placeres y/o situaciones que en su plano podía perfectamente tener.

Tuvo también varios encuentros con individuos parecidos a él, aunque siempre tuvo la certeza que su "nivel" dentro de los mismos demonios era superior. Ni siquiera los mortales más poderosos podían resistirse a sus habilidades, los llamados "religiosos", los "cazadores", los "guerreros", ninguno se le podía comparar. Aunque hubieron excepciones, y quizás algunos de ellos aún se encuentren en la tierra esperando el tiempo de vengarse.

Debido a la migración e inmigración de los humanos, vivió en muchas partes del mundo. Finalmente asentándose en una ciudad en la cual alguna vez el bien y el mal se enfrentaron, él estaba sentado expectante por la resolución de la batalla cuando un hechizo liberó una parte de la dimensión en que todos los demonios y criaturas existían fuera del plano mortal. Fue el tiempo en que Sebastian, comenzó a disfrutar completamente de su existencia en la tierra.

Es conocido en la Midnight City, por sus continuas salidas a bares y casas de placer. Le encanta el sexo con humanos, por lo que siempre pide a mortales jóvenes para satisfacer sus necesidades. También es conocido por su "disfraz" de mayordomo, y su manera de jugar con los humanos para entretenerse.

Actualmente se encuentra asentado en esta ciudad, disfrutando de los placeres y vicios mortales. Buscando enemigos, víctimas y juguetes que puedan entretenerle.  

Sebastian posee una gama de habilidades bastante amplia, debido a su naturaleza demoníaca puede realizar muchas cosas que los humanos u otras criaturas no pueden hacer.

Superfuerza, superresistencia, regeneración, sentidos agudizados, supervelocidad, volar, etc.
Posee gran conocimiento en Peleas, Artes Marciales, Armas de cuerpo a cuerpo.
Puede tocar una infinidad de instrumentos musicales, cocinar exquisitos platos, realizar labores domésticas y de servidumbre, etc.