Diabolic Police Boss [ID]

Edad: Desconocida.

Raza: Demonio Mayor.

Rango: Inframundo.

Orientación Sexual: Bisexual.

Estado Sentimental: Entretenido (?)

Gustos:
- Sexo.
- Información.
- Sexo salvaje.
- Espionaje.
- Sexo duro.
- Luchar y matar.
- Sexo morboso.
- Cazar demonios traidores y simplemente a sus rivales.
- Sexo público.
- Adoptar identidades y poseer cuerpos. Sexualmente hablando también.
- Sex... ok no (?) ropas orientales, crear y conseguir objetos mágicos, escuchar a escondidas todo tipo de cosas, escaquearse de vez en cuando de sus obligaciones, jugar a ser humano, las criaturas ambiciosas y su el manipularlas... y un largo etcétera.

Disgustos:
- Abstinencia.
- Información falsa.
- Castidad.
- Espías inútiles.
- Inocencia.
- La paz total.
- El aburrimiento.
- Los ladrones que le roban a él.
- ...

Manías: Invocar al mejor íncubo existente para saciar su sed sexual con él (?) es muy elitista, o su Rey o nada.
Asesinar a los que le aburren y, muchas veces, a los que le divierten.
Hacer de las esencias de sus enemigos objetos mágicos de su uso y disfrute.
Utilizar demonios de todos los rangos como siervos.

Debilidades: Aunque no son capaces de manipularlo, los magos ancianos son capaces de limitar su libre albedrío al invocarlo e impedir que les ataque, al menos mientras permanezca invocado dentro de una estrella de cinco puntas. Una vez liberado podría simplemente ir a por el mago en cuestión y destrozarlo.
Su mayor "debilidad", por decirlo de alguna manera, es sin duda su principal "siervo", nada menos que el Rey de los Íncubos y la criatura que más le encanta y fascina... y que como todo buen demonio extremadamente posesivo quiere sólo para él... excepto raras ocasiones muy... peculiares.
Sólo los Arcángeles son capaces de afrontar su terrible poder de Control, aunque les sea igualmente complicado dañarlo, ya que la magia en general es casi imposible que le acierte.
Su debilidad real son los números poderosos. Varios Arcángeles o Demonios Mayores podrían ponerlo en su sitio, pero... ¿solos? Imposible.

No demasiado alto (no es algo que le importe demasiado) en su recientemente favorita forma humana (aunque puede adoptar muchas), Nergal tiene la apariencia de un chico u hombre joven, de no más de veintitantos años, fibroso y esbelto que posee el color de cabellos de un intenso verde y cuyos ojos con pupilas verticales tienen la tonalidad del oro resplandeciente.
Mide alrededor del 1'80, y tiene la piel lo bastante pálida como para poder ser tomado por un nórdico o similar. Sus dientes blancos son normales con excepción de sus colmillos que, aunque no tan pronunciados como los de un vampiro, sin bastante salientes.
Suele vestir ropas bastante despreocupadas, le gusta llevar los brazos musculosos a la vista y una capucha casi siempre para cubrir su rostro y dejar únicamente a la vista su boca habitualmente adornada con una siniestra o seductora sonrisa y sus ojos de felino brillantes.
Puede transformarse en cualquier cosa, pero su verdadera forma es la de una horrible criatura tan terrorífica como grimosa; un enorme ser de piel negra, extremidades y cuerpo humanoides delgados, casi raquíticos, tanto brazos como piernas terminados en afiladas garras y una cabeza con forma humanoide sin rostro alguno y únicamente dos pequeños orificios a cada lado de su cabeza que conforman el mejor oído de todo el Inframundo. Puede ver las auras de todos los seres aunque en esa forma no haya desarrollado "ojos" propiamente dichos (si bien puede añadírselos sin problemas). Aunque normalmente permanecen cerradas y, por tanto, invisibles sobre su negra piel, por toda la extensión de su cuerpo de cinco metros de altura hay por lo menos un centenar de bocas de afilados dientes repartidas de forma separada que puede utilizar tanto para tratar de volver locas a sus víctimas susurrando los ecos de los múltiples secretos que conoce o sencillamente como defensa; si se traga un arma o detiene el filo con los dientes, no le hace daño (aún así armas con un impulso suficiente de fuerza pueden romper sus dientes y clavarse en su piel, además de que tragar armas sagradas lo debilita durante un tiempo).
Puede modular su potente oído tanto para escuchar a grandes distancias como para filtrar el ruido fuerte que podría hacerle daño de amplificar tanto el sonido como para escuchar de lejos.

Spoiler:

Maquiavélico, calculador, cruel, sensual, provocador, despreocupado, altivo... existen muchas facetas que componen la personalidad de este antiguo e imprevisible demonio, pero rara vez uno se puede encontrar algo bueno... a no ser que se disponga de una información o de un alma lo suficientemente interesantes como para llamar su atención. El caso del Rey de los Íncubos viene a parte... ya que nadie más puede excitarle y complacerle ya.
Le gusta manipular a la gente, jugar con ellos, estar al tanto de todo e ir siempre por delante de cualquier persona o cualquier situación... varios kilómetros.
Es muy mal perdedor, aunque lo suficientemente cauto como para saber cuándo retirarse. A pesar de eso, una vez que comienza una pelea siempre suele disfrutar de ella al máximo... más que nada porque no ha perdido nunca una, es demasiado poderoso y sabe elegir demasiado bien a sus rivales.
Suele disfrutar de humillar a sus enemigos y parlotea mucho durante el combate... pero cuando está a punto de matar a alguien, lo mata sin contemplaciones, no se tira medio siglo hablándole, y si bien a algunos enemigos no logra provocarlos con su lengua viperina... no se le puede callar ni bajo el agua, así que...
Desde que conoció a su juguete favorito se ha vuelto un ninfómano, aunque sólo con él, y si sexualmente ya está más que obsesionado con alguien... hablar de amor es algo bastante complicado, aunque no imposible, después de todo.
Ágil de mente y extremadamente inteligente, este demonio ha sobrevivido y, más concretamente, ha permitido sobrevivir al Grande, Satán, gracias a su astucia y sus habilidades... así que sin duda es alguien a tomar en cuenta... por mucho que la mayoría de las veces represente más un peligro para sus "compañeros" demonios que para otros seres.
Después de todo él es el líder de la policía demoníaca... él es la curiosa "ley" que rige el Infierno. Él es el Ejecutor Demoníaco.

Nergal... un nombre susurrado con miedo por todas las criaturas... y especialmente los demonios.
¿Raro por ser él mismo un demonio? Quizá a alguien que no conociese sus múltiples títulos, su rango y su reputación se lo pareciese, pero eso ya es agua pasada para las criaturas infernales que viven bajo su férrea vigilancia.
Nombrado por el mismísimo Satanás para servir de líder entre la "policía demoníaca" (un organismo que únicamente estaba compuesto, realmente, por él, el "Ejecutor Real", y sus múltiples siervos, demonios no voluntarios llamados a servicio), Nergal no es el más sabio entre los demonios por haber vivido grandes experiencias (aunque sin duda lo ha hecho), sino más bien por su casi infinita red de espionaje que ha conseguido extenderse incluso hasta los mismísimos cielos.
Con unas facultades de combate legendarias, Nergal curiosamente no se ha enfrentado en muchas ocasiones a ángeles u otras criaturas que desafían el dominio de los demonios, ya que esa no es su principal función; en lugar de eso, lleva eones, desde que nació el mundo, purgando las corruptas filas de los demonios de cualquiera lo bastante idiota y osado como para pensar en que traicionar a Satán podría ser algo viable.
Ignora, por supuesto, las múltiples rencillas y politiqueos entre demonios, ya que eso es algo habitual, su verdadera misión únicamente es encontrar traidores al más grande, a Satán. Lo demás lo tiene sin cuidado, después de todo él mismo juega a eso... aunque en pocas ocasiones haya logrado alguien entretenerlo lo más mínimo.
Así vivía su vida el Gran Demonio hasta que, unos doscientos años atrás partiendo del presente, el Gran Espía encontró un cuerpo tan entretenido y apetecible en el que habitar que no se contuvo... y desapareció del Infierno y dejó sus tareas olvidadas por completo durante cinco cortos años (dentro del período de vida habitual de un demonio eterno, claro)... hasta que, al volver con aquel cuerpo mortal a ver cómo iban las cosas por su trono sangriento... bien, digamos que se encontró con tres gansos demasiado venidos a más que se estaban peleando como buitres por su puesto, creyéndole muerto o desaparecido ya en combate.
Lo irónico es que juntos quizá habrían representado un mínimo entretenimiento contra él, pero separados, como se mantuvieron a pesar de su reaparición, cayeron como las hojas en el otoño y pasaron a formar parte del nuevo bastón mágico que el demonio se agenció.
Forjó unas cuantas leyendas terroríficas entre los mortales cuando lo usó contra ellos en múltiples batallas en la Tierra y volvió a trabajar... a tiempo para recibir la visita más encantadora que tendría nunca.
Había oído hablar del bellísimo y ambicioso Señor de los Íncubos hacía tiempo, pero no le había dado demasiada importancia pensando en que, después de todo, el diablillo podía follarse y chupársela a quien quisiese al tiempo que se fortalecía mientras no se le pasase por la cabeza tratar de felar al Diablo...
Al menos eso pensaba despreocupadamente antes de recibirlo en persona en su cada vez más "moderno" y "confortable" despacho en el Inframundo, una estancia de piedra negra aislada de tanto fuego infernal, huesos, cadáveres y demonios chillones.
Fue una erección a primera vista, y más cuando se lo imaginó haciendo todas las cosas que le habían contado sus espías que era capaz de hacer.
Sabía por qué estaba allí, por supuesto, quería aumentar aún más el escalafón de poder... sin embargo, había fijado el objetivo más ambicioso que podría tener nunca más, y eso seguramente el íncubo no lo sabía... cuando se dejó follarse por un muy excitado Nergal. Para cuando el hechizo de contricción y esclavitud se instauró en el cuerpo de Uvall, éste ya no tenía escapatoria: se había convertido en su siervo.
A pesar de todo no mostrándose demasiado descontento con el trato que le dispensó el demonio mayor, el demonio más joven tuvo que permanecer a su lado y sin poder copular con nadie más aparte de con su amo, y las cosas mejoraron aún más para un muy afortunado Nergal, que ganó al siervo que, seguramente, más usaría en los siguientes años cuando volvió a la Tierra a hacerse pasar por un poderoso brujo humano para así ser el centro de toda la información, traficando con ella con ángeles, demonios, dragones... o cualquier criatura que se atreviese a pagar el precio por sus servicios, disfrutando especialmente de la supuesta altivez que todos le profesaban por no ser más que un "humano"...
Tontos~

Magia de Caos: Como Demonio Mayor, Nergal es capaz de alterar la realidad y causar el caos de muchas maneras diferentes. Destruir, crear, conceder deseos... todo es posible para él si alguien le paga un precio equivalente para lograr sus propósitos; por su parte, puede utilizar este poder de forma libre excepto en determinadas ocasiones (como para, por ejemplo, revivir algo muerto tiempo ha).
Magia Dimensional: Nergal puede viajar entre mundos, crear portales incluso dentro del combate que le permiten devolver las habilidades de otros y, en definitiva, alterar el Espacio-Tiempo de una manera bastante fácil, aunque la habilidad que más utiliza de este poder es la capacidad de mantenerse "fuera de fase", es decir, en un plano de la existencia en el que no pueden hacerle ningún daño, aunque su debilidad resida en que, si él quiere atacar igual, debe volverse más "vulnerable" mientras lo hace.
Como buen experto espía, utiliza esta magia para hacerse invisible, insonoro y pasar desapercibido, además de para aparecerse y desaparecerse donde quiere y como quiere.
Brujería: Aunque no es humano, Nergal robó los poderes de brujería del que ahora es su físico, por lo que conoce conjuros y hechizos para invocar, esclavizar y castigar a toda clase de demonios, algo que se ha sumado a su Magia de Control aterradoramente.
Nigromancia: También tiene poder sobre los muertos y ese tipo de cosas, no es fácil tratar con él, es un tipo muy tétrico (?)
Magia de Control: Por encima prácticamente de todo, Nergal puede controlar a prácticamente todas las criaturas inferiores en poder a él con su mente, también pudiendo moldear la mayoría de la magia que le rodea a placer (pudiendo por ejemplo variar la dirección de un hechizo o sus efectos). No sirve tan bien contra Arcángeles, aunque aún les afecta el Control de su magia.
Magia de Creación: Aunque es experto en destruir, también lo es en crear, pudiendo construir poderosos artefactos mágicos y útiles similares con cierto esfuerzo y concentración. Su arma más reciente y poderosa es el elegante bastón negro que siempre lleva consigo y tan poco pega con su apariencia, capaz de liberar como chorros de demoníaca energía el poder de los demonios atrapados que están en su interior.
Demonio Mayor: Al ser lo que es, Nergal posee una fuerza, agilidad y velocidad superiores a casi cualquier tipo de demonio o criatura, así como una regeneración de sus tejidos de todo tipo impecable, herirlo no es nada fácil, que la herida se mantenga, aún más. Esta condición también le permite, como es obvio, variar entre su forma verdadera y otras, además de poseer otros cuerpos o similar.
Sus sentidos, exceptuando la vista, tacto y olfato, son los mejores entre los demonios, y puede ocultar su aura tan bien como percibir las de otros a grandes distancias.