Why you should be just you? {Kuro Takashi} [+18]

Había sido un día duro, uno de esos días que estas deseando acabar para tomar un descanso merecido. Un día ajetreado en el que había estado viajando de un lado hacia otro siguiendo pistas, algunas falsas, sobre el posible paradero de mi hermano. También el viaje me había servido para un ligero calentamiento.
En el proceso de la, llamemos, misión, me había cruzado con algún que otro obstáculo que me impedía poder seguir con mi objetivo. Obstáculos de los cuales no me había sido difícil deshacerme, unos cuantos golpes y ya estaba resuelto. Hacia mucho que no me encontraba un rival que me igualara, de echo, hasta ahora solo conocía a una sola persona que me igualaba en fuerza, por no decir que podía superarme, aunque me costara reconocerlo, esa persona era algo mas fuerte que yo, pero nada que no solucionara horas y horas de duro entrenamiento para ponerme a su nivel. Una persona que prefería tener bien lejos pues siempre que nos cruzábamos la cosa no acababa como se planeaba, y ahora que gozaba de tranquilidad, no deseaba encontrármelo.

Las termas, ahora por las tardes estaban mas tranquilas. Era mucho menos la gente que iba a darse un relajante baño a estas horas de la tarde, por lo cual esta hora era un tiempo idóneo para disfrutar de la tranquilidad de un baño relajante. Tras dejar la ropa en su cajón correspondiente y coger la toalla, atarla a mi cintura para que cubriera mi cuerpo desnudo, me dispuse a entrar en las termas.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Por unos momentos era el dueño del lugar, estaba tan solitario todo aquello que tan solo decir una palabra el eco lo hacia retumbar por toda la sala. Me deshice de la toalla y me sumergí en el cálido agua de las termas.

De un momento a otro me sentía totalmente relajado. Me apoye en el borde de la pileta, sacando los brazos para dejarlos tambien apoyarlos en este, eche la cabeza hacia atrás hasta notar la dureza de la piedra que hacia de tope en la pileta, cerré los ojos dejándome llevar por esa tranquilidad que no iba a durar mucho...

Sentí como ya no estaba solo, alguien mas había entrado en las termas y se había metido en el agua sin pedir siquiera permiso por si pudiera molestar. ¿A quien? A mi, claro estaba. Odiaba la compañía, mas si esta era de lo mas molesta y escandalosa, prefería estar solo y mas si lo que pretendía era relajarme y olvidarme del mundo entero.

Abrí los ojos, con gesto molesto para encontrar al culpable, aquel que había interrumpido mi tranquilidad y mi baño relajante... Y ahí lo encontré. Frente a mi cubierto de agua hasta la cabeza, apoyado en el otro extremo de la pileta donde yo me encontraba. Fruncí el ceño profundizando mas mi molestia por ser la persona que era. ¿Tenia que ser precisamente el?

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Como si no pasara nada saludó, bueno mas que saludar se dispuso hablar. A ninguno de los dos parecía hacernos gracia ver al otro, y a diferencia de mi, a él parecía molestar el echo de que nadie quisiera estar con él.
-No eres la persona con quien esperaba encontrarme, de echo eres la ultima persona con quien deseaba encontrarme.
Cierto era. Con el usuratonkachi cerca, nunca sabia como podía reaccionar. El rubio era una de mis debilidades, contando con ese echo y con que su sangre parecía atraerme mas que cualquier otra... nuestro encuentro no era algo que deseaba tener así a voz de pronto.
Kuro, ademas, era un gran impedimento si quería cumplir con mi objetivo sin fallar un solo ápice. El gatito pelirrubio era mas propenso a evitar cualquier tipo de guerra, ya fuera una guerra entre amigos o una que no tuviera nada que ver con él. Pero si algo tenia claro era que mi hermano debía pagar por sus actos.

-Si todos piensan de igual manera por algo será ¿no crees?
Dejé de fruncir el ceño distrayéndome cuando comenzó a mojarse el cuerpo con las manos. Mis ojos negros como el carbón cambiaron a un tono rojizo. Había despertado cierto hambre en mi con sus actos. Un colo rojo similar a mis ojos del sharingan, pero esta vez sin sus aspas negras.

Habían pasado un par de días desde la ultima vez que me alimenté y su sangre, incluso podía decir que él mismo, me atraía de una manera que yo me negaba a admitir.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Sonrei con satisfacción, si había algo que podía hacer en su presencia para poder aguantar su compañía, aun mas cuando no deseaba encontrarme con nadie, era molestarlo. Era un plato dulce que no me cansaba de probar, era fácil molestarlo y yo, no había duda ninguna, disfrutaba de ello.
Mis palabras, como eran de esperar, le molestaron hasta el punto de ponerse serio y mirarme con cierta frialdad. Sus ojos ahora se tornaron rojos, estaba dejando salir esa criatura demoníaca que había en su interior. Este encuentro iba a resultar entretenido.

Para miradas frías y distantes tambien servia yo, se me daba bien mostrar a la gente mi lado serio. Pero si algo sabia de sobra, era lo imprudente e imprevisible que era Kuro, y lo siguiente que hizo me pillo, digamos, con las defensas bajas...
Kuro, se levanto, dejando salir casi todo su cuerpo fuera del agua. Todo lo que quedaba tapado por el vapor y el agua de las termas ahora quedaba al descubierto y no pude evitar fijarme en ciertos detalles que ahora cobraban importancia, una importancia repentina que esperaba que no se notara demasiado. Carraspee intentando centrarme

-¿Y como piensas hacerlo? Usuratonkachi.
Yo no me iba a quedar sentado mientras el gatito asustadizo se quedaba expuesto, haciendo una exhibición indecente.
-Ambos sabemos que es imposible que tu dañes a nadie, eres débil en ese aspecto. Te dejas llevar demasiado por esos inútiles lazos afectivos. Siempre andas protegiéndolos y ahora... ¿Vas a matarlos?
Reí a carcajada limpia, eso era difícil de imaginar, por no decir que era imposible de imaginar, Kuro no era del tipo de personas que hace daño a las personas. Ni tan siquiera podría matar a un verdadero asesino. Era demasiado afectivo incluso con la gente que no conocía.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

La forma de referirme a él, tal vez era lo que mas podía molestarle. Me miro de una forma fría y con fastidio. Ahora quien hablaba no era Kuro, si no el demonio que tenia dentro, por la forma de referirse a mi como si su existencia fuera mayor que la mía.
Se dio la vuelta mostrándome su espalda desnuda y su trasero, ese que había recibido caricias mías en situaciones muy distintas a las de ahora. Y es que el Usuratonkachi y yo no siempre andábamos de discusiones, como ya había mencionado antes, nuestras discusiones siempre eran igual de impredecibles que el mismo Kuro, si bien empezábamos discutiendo, terminábamos dándonos calor mutuamente. Tenerlo de espaldas a mi y recordando alguno de aquellos momentos habían despertado el deseo de volver a tenerlo bajo mi piel. Mordí mi labio de forma inconsciente.

Antes de que se diera la vuelta para volver a cruzar su mirada con la mía, yo ya había acortado las distancias entre ambos y sonreía de manera divertida, con cierto deje juguetón. Provocar a un vampiro como yo, de la forma que Kuro lo hacia no iba a llevar a nada bueno. El deseo de poseerlo se juntaba con la sed de sangre que Kuro hacia despertar en mi. Mis ojos negros cambiaron a una tonalidad roja. No eran unos ojos corrientes, la pupila de mis ojos trazaban una especie de aspas unidas entre si formando una especie de rosa de seis puntas redondeadas.
-¿Que harás si dejo que te quedes?
No quite esa sonrisa característica de mis labios, ahora se podían ver una dentadura perfecta y blanquecina con unos colmillos algo alargados y afilados

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

La sangre de Kuro era como una droga para mi, a pesar de tener la necesidad de beber sangre humana para alimentarme, solo la de Kuro era la que realmente me satisfacía. Y él debía saberlo. Siempre que nuestros encuentros terminaban con sabanas de por medio, siempre acababa mordido por mi.

No se dio la vuelta para encararme, al contrario, dio un paso hacia atrás pegándose ami. Sabia como provocarme... Sonrei ante sus palabras. ¿Algo a cambio de alimentarme?. Eso sonaba mejor de lo que esperaba despues de haber estado algo de tiempo sin ver al zorro endemoniado. Dejarse llevar era la mejor de las opciones en aquel momento y mi hambre cada vez iba a mas.

Notaba como empezaba a restregarse con mi entrepierna, y el roce de su cuerpo con el mio me hacían perder la poca cordura que podía tener en un momento como este. Acerque mi rostro a su cuello aspirando su aroma mientras mis brazos lo envolvían en un abrazo apegando su cuerpo mas al mio para sentirlo perfectamente. Mi miembro se rozaba con sus nalgas gustosamente. El deseo de hacerlo nuevamente mio terminaba por sucumbirme.
Mis manos acariciaban su pecho mojado por el agua hasta desviarse cada una en una dirección distinta. Una acariciaba uno de sus pezones, jugando con el, rozándolo entre el pulgar y el indice, la otra se deslizaba hacia abajo deseosa de jugar tambien.
Lamí su cuello, lo besé y continuación clave mis colmillos para saciar mi sed de su sangre

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Mi amiguito se animaba con cada roce que el Zorro le proporcionaba cada vez que frotaba su trasero con él. Al igual que yo, aunque muy disimuladamente, podía escuchar como gemía con cada caricia. Escucharle disfrutar de mis caricias hacia que mi amiguito se excitara por momentos. Note como su mano se sujetaba a mi muslo, bien cogiendo un punto de apoyo o bien para que no me separara de él, cosa que por el momento no tenia pensado hacer.

Mis dedos seguían jugando con su pezón, frotándolo una y otra vez mientras que la otra mano ya había encontrado su juguete. Lo acaricio suavemente antes de envolverlo con la mano entera

Otro gemido algo mas notable soltó cuando clave mis colmillos en su cuello. Su sangre era deliciosa, un néctar que no me cansaba de probar. No había probado sangre desde hacia un par de días, y esto recargaba completamente mis energías, succione y succioné alimentándome de Kuro.

- Es como cualquier otra...- respondí lamiendo de nuevo la zona mordida. Todo tipo de sangre era lo mismo... alimento; unas sabían mejor que otras, sobre todo las de los seres humanos, esa era la que mas nos llamaba.

Todos aquellos recuerdos de veces anteriores revoloteaban por mi mente haciéndome recordar lo bien que me hacia sentir estar así con Kuro, y lo poco que lo demostraba. Aunque siempre acababa por dejarlo salir a fin de cuentas.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

-No es mi problema...
Kuro sabia que su sangre era la única sangre que a mi me extasiaba. Su mano apretaba mi muslo cuando tomé su miembro y comencé a bombearlo como si estuviera batiendo un batido, valga la redundancia. Su otra mano se coloco en mi nuca haciendo presion sobre mi cabeza, acercándome mas, si es que se podía, a su cuello. Mis colmillos se clavaron mas ante ese gesto, la sangre dulce que brotaba de su cuello era mi adiccion en esos momentos. Sentí como apoyaba la cabeza sobre mi hombro dejándome alimentarme de el sin oponer alguna resistencia.

Seguía provocándome, restregándose contra mi, robándome leves gemidos ante el tacto de su cuerpo. Su tono lascivo ayudaba a mi excitación a crecer y volar por las alturas. Incremente la velocidad de mis movimientos sobre su miembro. Me separe de su cuello para poder contestar, con una sonrisa divertida en mi rostro.
-¿Que pasa si no accedo a ninguna de las dos?
Con sus provocaciones era poco probable que no accediera a su petición primera. Me incurvé lo suficiente para dejar su cuello y ahora lamer uno de sus pezones, había un hilo de sangre que se derramaba por su cuello, del que mas tarde me ocuparía.

Estaba retrasándolo mucho, y ya empezaba a cansarme de preliminares... Solo por mi y no por que me lo pidiera de forma provocadora, pegué mi pecho nuevamente contra su espalda y con un golpe seco ya estaba dentro de él

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Dicho y hecho, estaba retrasando mucho lo que ya era evidente. Me sentía estrecho, apretadito ahora que estaba dentro de el, pero me sentía bien. Un gemido broto de mi garganta cuando me sentí completamente dentro. Echo su cabeza hacia atrás, pegándola a mi, haciendo que mi hombro la rozara levemente y permitiéndome así poder acercar mis labios a los suyos para besarle, aunque fuera un beso fugaz, pues me separe de sus labios segundos despues para acomodar mis manos a su cintura.

Sus provocaciones y el tono de su voz me hacían sentir en un paraíso eterno de placer. Sabia como provocarme hasta esos extremos, donde buscarme las cosquillas y era algo que aunque me negara a admitir, me gustaba.

Una embestida tras otra hacían que jadeara, jadeos de placer y de deseo de seguir hasta limites inalcanzables. Entraba y salia de su interior como quería, volviendo a entrar en el de forma seca y ruda.
-¿Dejaras de hablar algún día?
Estaba muy parlanchin, sobre todo demasiado dictador, y odiaba que me ordenaran o me dijeran las cosas que tenia que hacer. Y de no ser por que era de Kuro de quien hablábamos, a otros ya les habría simplemente matado tras haberme alimentado de ellos y haberlos dejado secos.

Una de mis manos seguía haciendo de soporte sujeta a sus caderas, mientras la otra volvía a descender hacia su miembro para seguir masturbándolo y hacerle estallar de placer. Seguía teniendo su cabeza a mi alcance por lo que no me fue difícil lamer el lóbulo de su oreja. Seguí descendiendo besando todo hasta llegar a su hombro, que tras besarle, clave mis dientes en su piel. Mis embestidas no cesaban

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Un beso fugar y correspondido, un beso que duró escasos segundos, el suficiente tiempo para ahogar los gemidos que él provocaba en mi. Conforme pasaba los minutos me sentía conforme dentro de el, ya no era la sensación de estar en un sitio estrecho y apretado, ahora podía entrar a fondo. Salia y volvía a entrar en él de forma fácil, podía deslizarme dentro suyo de una forma mas sencilla que antes.
Su manera lasciva de ordenarme las cosas hacia que sonriera, era raro ver a Kuro hablar de tal forma.
Su mano en mi muslo apretaba cada vez mas mi piel, podía sentir sus uñas marcándome. La mano que tenia en mi nuca acariciaba la zona, acariciando mi cabello a la vez que lo escuchaba gemir. Entonces hizo algo que no me gustó...

Mi mano en su miembro, masturbándolo a una velocidad acelerada le hizo gemir de nuevo, y tal placer hizo que su mano, la cual acariciaba mi pelo, se cerrara en un puño cogiendo consigo mi cabello, tirándome de el.
Con la mano abierta me permití el derecho de golpear su nalga. Mi mano impacto con fuerza sobre su piel, un picor ligero recorría la palma de mi mano por el golpe propiciado. Retire mi mano de su miembro para llevarla a la mano que apoyaba y pellizcaba mi muslo. Entrelazando mis dedos a los suyos fui capaz de llevar su mano y colocársela a la espalda. Lo mismo hice con la otra, la que había tirado de mi pelo. Ahora con ambas manos a la espalda, ya no podía ni tirarme del pelo ni apresarme el muslo. Agarre ambas muñecas con una de mis manos, de tener algo para atarlas lo habría echo,  mientras la otra volvía a golpear su nalga a la par que seguía embistiéndolo.

-Shh...

Hice presion sobre su espalda, aun agarrando sus muñecas con una de mis manos, llevando su cuerpo hacia delante, de modo que quedara de cintura para arriba apoyado en el borde de la terma, haciendo así que su culo, el cual ya había querido subir antes, quedara elevado perfectamente para permitirme así un mayor acceso a el. Dos cachetadas mas  con la mano bien abierta, seguidas una de la otra y añadidas a las anteriores empezaban a dejar rojiza aquella zona.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

De alguna forma u otra sabia que esto le gustaba, no podía considerar esto una forma de castigar a Kuro por haberme tirado del pelo, cuando ni siquiera me gustaba que me lo tocaran. Sus gemidos me excitaban al punto de embestirle de manera rápida y brusca. Mi mano masajeaba la zona golpeada para despues asestar unas cuantas mas y oírlo gemir de nuevo.

Lo bueno de él, era que siempre se dejaba hacer, era como un sumiso obediente, aunque no siempre, había ocasiones en los que salia rebelde. Un punto de rebeldía que me volvía loco y me hacia querer castigarle mas y mas. De nuevo mi mano se dirigió a su miembro, acariciándole la cabeza, pero a diferencia de las otras veces, ahora no lo iba a masajear. Con todo el derecho del mundo y disfrutando del echo, le di una tobita. Era una zona sensible y ahora mas que estaba estimulada, una simple tobita podía hacer perfectamente su efecto doloroso.

Mis acometidas no cesan y tras esa tobita, mi mano envuelve su miembro ejerciendo presion. Sentía que poco a poco llegaba al clímax derramando todo mi semen dentro de Kuro, retirando mi mano de su miembro en el preciso momento para cortar su momento de gloria y no dejándolo llegar. Con la mirada divertida y sin perder la sonrisa de mi rostro me alejo de él, podía ser este un perfecto castigo por hacer cosas que no tiene en el momento menos idóneo. Dejarlo a medias, en el momento preciso era una buena táctica.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Su chillido de dolor era síntoma de que esa tobita había echo su trabajo. Las acciones del pelirrubio tambien me dejaban claro que me había apartado en el momento preciso. Sonrei satisfecho. Claro que no lo iba a dejar acabar, mas por satisfacción mía por fastidiarle que por darle un pequeño escarmiento por haberme tirado del pelo.

Vi como él mismo quería terminar, fuera como fuera, pero no. No iba a dejarlo. Me acerque de nuevo a Kuro, cogiendo ambas manos suyas, impidiendo así su masturbación.
-No acabarás

¿Me gustaba torturarlo? Si, Kuro despertaba en mi una parte que en muchos aspectos desconocía de mi. Ya no solo el echo de que me atrajeran los hombres, si no el echo de ser adicto a Kuro en todos los sentidos. Su sangre era mi alimento, su cuerpo mi perdición, sus caricias un regalo caído del cielo. Todo lo que un hombre como yo no estaba dispuesto a admitir delante de ninguno.

-A menos que yo así lo desee
Sonrei de nuevo mostrando una ancha sonrisa en mi rostro, dejando ver parte de mis colmillos. Una ventaja de ser un vampiro era las afiladas uñas que poseíamos, que nos ahorraban tener que depender de algo afilado para cortar o arañar. Mi uña del dedo pulgar se clavaba en su muñeca, se desplazaba por esta creando una apertura que sangraba. La sangre se derramaba de su muñeca y verla caer gota a gota despertaba de nuevo mi sed de su sangre. El pobre Kuro iba a tener mas marcas mías que heridas de luchas.

Aguas Termales

Shiro & Kuro

En la tarde

Su gesto molesto era un plato de buen gusto para mi. Fastidiarlo, como ya había dicho, era un pasatiempo del que nunca me cansaba.
Llevé mi dedo a mis labios saboreando su sangre, pasé la lengua por mis labios relamiendolos. Después de acabar con los restos de elixir de mis labios, acerqué estos a su muñeca que aun seguía sangrando. Hice caso omiso a su queja y bebí nuevamente de Kuro para alimentarme de su sangre

Y cuando uno cree tener el control de todo, siempre ocurre algo que te dice lo contrario. De nuevo, de Kuro emanaba ese aura demoníaca que tanto le caracterizaba. Se deshizo de mi agarre, haciéndome soltar sus muñecas, sus ojos ahora volvían a ser rojo. El zorro que dormía en su interior volvía a dejarse ver. De un simple empujón me sentó sobre el borde de la piscina, cuando se enfadaba, su fuerza aumentaba y llegaba a ser incluso mas fuerte que yo.

Me asaltó, tomándose el derecho de ponerse sobre mi y volver a meterse mi miembro dentro de su ser para poder llegar al tan deseado clímax. Jadee. Maldito Zorro. Con cada movimiento que hacia me robaba suspiros placenteros que emanaban de mi garganta. Terminé dejándome hacer, despues de todo, no podía quejarme de algo que me gustaba
-¿Sabes que eso merece otro castigo?
Sonrei, mis manos se colocaron en sus caderas para hacer una mejor sujeción y confort. No era una pregunta, mas bien era una afirmación. Podía pasarme toda una vida molestando a Kuro con castigos, castigos que surgían en un momento dado y nunca solían ser de su agrado.